sábado, febrero 12

Corazones por doquier... fuck my life.


Y así como quien no quiere la cosa... llegó otra festividad que tampoco me gusta. Pero ahora no soy un ser proveniente de otro planeta (o de otra religión, según sea el caso). Llegó el día en que un bebé grande -como esos de la publicidad de 'Estado play'- sale a hacer que la gente se ande besuqueando a diestra y siniestra, atiborrando lugares públicos, como parques, calles, restaurantes, cines, etcétera... O para resumir todas las posibilidades: para atiborrar Larcomar.

¡Qué ridículo pues! ¿No me digan que en serio creen que JUSTO el catorce de febrero se van a enamorar de su media naranja? No tiene ningún sentido. ¡Denme pruebas fehacientes de que eso pasa en la vida real! ¿Y quieren saber porqué se lo digo?... Bueno ahí les va: esto es la vida real... y no una caricatura en donde los personajes se enamoran perdidamente de alguien.

Ciertamente es puro negocio. Burdo y conchudo negocio, que se aprovecha del estado "vivir-en-la-nebulosa" de muchos enamorados o del estado "odio-mi-vida-porque-tengo-40-y-sigo-solo" para venderles unos osos de proporciones groseras o flores que no hacen nada más que no aportar a darle oxigeno al mundo ya que las cortan... Eso es. Economía para imbéciles.

Ah no... Si creían que acababa ahí, pues se equivocan. No lo hace. Ahora pretenden que sea día de la amistad. Como diría mi abuela: "¡Se pasan de pendejos los putas!" Todo venderles otros productos a los que se tienen que conformar con sus amigos... Triste, pero cierto.

No lo celebraré, no creo que llame a nadie para saludar por ser San Valentín. Es más solo llamaré a una amiga por que es su cumpleaños, fecha que ella detesta en proporciones desmesuradas. No saldré a la calle a menos que sea estrictamente necesario. O no, mejor haré lo que hago un lunes de vacaciones cualquiera. ¿Qué hago un lunes de vacaciones cualquiera? No lo sé, siempre son inciertos, pero no dejaré que por ser catorce de febrero me privé de actividades.

¿Cual es la diferencia entre el 14 de febrero, el 7 de noviembre y el 23 de mayo? Rpta: ɐunƃuıu

martes, febrero 8

Sueños de principiante.


Hubo una gran parte de mi vida que no soñaba, o que no me acordaba nunca de mis sueños. Fue exactamente toda mi adolescencia, desde la pubertad. No les miento: no era posible acordarme de lo que soñaba noche tras noche. Por eso llegué a decir hasta hace unos meses que no soñaba. No me molestaba, pero me daba nostalgia.

Uno de los últimos sueños que me acuerdo antes de esta etapa vacía de sueños era una pesadilla. Ahora puede que no suene como una pesadilla de la que muchos se asustarían, pero recuerden que en esa época era un infante inocente, pre-puberto probablemente. El sueño transcurría en la esquina frente a mi departamento en el distrito donde vivía antes: Magdalena. Estaba solo en esa esquina, caminando hacia mi edificio, con un muñeco del Power Ranger rojo. Cuando llegué a la esquina exactamente (donde había una panadería) un hombre me quedo mirando desde la otra esquina, no le vi la cara -mejor- ya que estaba cubierta con una sombra, nos quedamos así unos minutos (o segundos, nunca se sabe) hasta que decidió acercarse a mi repentinamente y quitarme mi muñeco. Lloré. Me desperté llorando. Corrí hacia mi pila de muñecos a buscarlo y sí, si estaba.

Nunca he soñado lo que sueña la mayoría de personas. Que se les caen los dientes, que vuelan o que se caen a un abismo y Paf... despiertan. No, eso nunca me ha pasado.

Una de los sueños que me hicieron pensar todo el día, fue cuando mi subconsciente me hizo pensar que me secuestraban en un taxi luego de mis clases de alemán con mi empleada. A la mañana siguiente tenía clases de alemán en el sitio que había soñado e iba a ir con la empleada. Esa mañana me desperté angustiado, tanto que tuve que decirle a mi mamá que no quería ir porque me daba miedo. Fui a las clases. Nada pasó. Menos mal.

Últimamente me estoy acordando de mis sueños. Pero sean comprensivos, hace mucho que no lo hago, así que he perdido la practica... Por lo que si un día se encuentran conmigo en la calle y les cuento mi sueño de esa noche acerca de mi y mi abuela en Vivanda comprando trago (que lo he soñado) o de mi saliendo de mi casa, subir al ascensor, llegar al primer piso y despertarme (que también lo he soñado), por favor, no se burlen de mi.

De chiquito era bastante sonámbulo también... ¿Eso me volverá a pasar a estas alturas?

sábado, enero 29

Caralibro


¡Levante la mano el que no use una red social! ¿Nadie? Me lo imagine ya que para leer este increible interesante 'bonito' Blog (si es que algún mortal lo hace) te tienes que haber enterado por mi Facebook o Twitter... O por mi Msn pero para fines de darle sentido a este post, obviaremos eso.

Yo decidí incorporar Facebook a mi vida más o menos a finales del 2007, creo. En ese momento mi rutina diaria cambió. Yo no le daba mucha fe a esta nueva forma de socializar, pero una amiga me dijo que me cree una cuenta y yo como buen humano sin fuerza de voluntad, lo hice. Yo ya desde antes pertenecía a otra (ahora menospreciada) red social... agárrense que ahí les va el nombre: Hi5. Me gustaría hablar más del desprecio (muchas veces sin sentido, pero divertido) hacia esta página, pero será en otro post.

Facebook no me parece nada malo en realidad, quita tiempo: sí, pero es divertido. El hecho de tener la capacidad de ver fotos de mí o de mis amigos (o de gente ajena) es realmente divertido, ya que antes no lo hubiera podido hacer. Es como un gran diario virtual, en el que puedes recordar hecho con gran facilidad.

Seamos realistas. Nos gusta ver que es lo que les pasa a los demás, que hicieron, si se divirtieron y con quienes. No tiene nada de malo. Es normal curiosear, ya que si no tuviese Facebook, preguntaría, porque es parte de las relaciones humanas averiguar e indagar. Dejando muy aparte de lado que es parecido a una terapia para muchos.

Ahora seguro dirán que soy un chismoso. Yo no me considero así. Y mucho menos un stalker, ya que no he visto nunca el perfil de muchos (de la gran mayoría) de mis amigos en Facebook. Es solo el placer de poder hacerlo si quiero lo que me llama la atención, y de quizás, si me provoca, poder comentar en alguna foto.

"No es chismosería, es simple curiosidad"- Como diría la señora que me está mirando con unos binoculares por mi ventana. La quiero.

sábado, enero 15

La burbuja veraniega llegó.


Llegó la tan esperada estación por muchos. Ya era hora la verdad. Se había demorado bastante, y para decir la verdad no hace el calor que debería hacer para estar a estas alturas de enero (ojo: no me estoy quejando, ya que el calor extremo genera sudor y malos olores, atractivos no apreciados por muchas personas y menos si usted usa el transporte público, como el que les escribe).

No soy de esos que odian el verano, nunca tanto. Lo disfruto, sí. Entiéndanme, no soy un surferito que goza de estas fechas, ni un tan-freak que encuentra la escusa perfecta para untarse aceite 'Cocinero' en la piel. No, ni me acerco.

¿Entonces que soy? Un simple humano que le parece que el verano está sobre valorado. De nuevo: me gusta el verano, amo dormir en la playa, usar menos ropa, etcétera... Pero hay que darle crédito a las otras estaciones. A mi personalmente el invierno me parece genial. Es más, una de mis metas en la vida sería vivir en un lugar tan frío (como New York) que deba usar una abrigo o un sobretodo encima de las toneladas de ropas que ya llevaría puesto. Si a esto le ponemos una lluvia no muy fuerte, pero con la suficiente potencia como para usar un paraguas, sería realmente maldito.

Me gustaría hablar igual de las otras dos estaciones, pero en el medio en el que vivo, ellas no lo hacen. En Lima no gozamos de las caídas de coloridas hojas por largos meses, ni de épocas en la que todo florezca. Eso es como una especie de utopía acá. Simplemente no pasa.

Para este verano presiento algo fuera de lo común. No soy ningún pulpo ni menos el oráculo de Delfos, pero es una simple corazonada. Tal vez no para todo el mundo, quizás solo para mí. No lo se, pero espero que sí pase.

Hagan lo mismo que yo (un consejo hasta de un conejo) disfruten el verano. Véanlo como una burbuja en el tiempo. No lo sobre valoren porque tal vez no llene sus expectativas   de volverse los ganadores de la Tinka, o de conseguir su gran amor.

Simplemente que fluya

jueves, diciembre 23

Ho ho ho... Bienvenida sea la ilusión, de nuevo.


Últimamente siento que la navidad ya no me llena como solía hacerlo años anteriores. Ahora es como si de alguna manera, exótica y poco común, me empalagara. No es que no me guste navidad. Si me gusta, no me encanta, pero no me desagrada totalmente. Es como si fuera un chocolate rico, pero que de comerlo tantas veces y sin querer, haya perdido su toque, que ya no sea lo mismo.

Antes me ilusionaba mucho más navidad. Me gusta la idea de un ser todo bonachón, bigotón y gordinflón entrara muy ajustadamente por una chimenea (en mi caso una ventana, ya que no tenemos chimenea) y te dejara juguetes bajo un árbol que su único sentido es ese: el de sombrero de regalos. Me gustaba rasgar el papel, asombrarme con los juguetes, tirar la ropa que me daban porque eran burdamente relegadas por mi mismo a un segundo plano porque no eran divertidas y dibujar animales o letras en el aire con el palito de las chispitas mariposa. Eso me gustaba bastante.

Ahora no me sorprendo con los regalos ya que me preguntan por adelantado que es lo que quiero, ya sé que Papá Noel no existe y jugar con chispitas mariposa a esta edad es un poco ridículo la verdad. En vez de eso, recibo tácitamente el deber de regalar, ya que ahora yo también poseo dinero (no mucho, casi nada) y la verdad es una joda. Una joda de aquellas.

La navidad es para los niños. Sé que suena cliché o un poco manoseado por miles de empresas que buscan vender sus juguetes. Pero es la verdad. Ellos viven la ilusión, la magia del asombro y de "el creer" en algo imposible para los adultos. A nosotros, seres sin ilusiones, nos toca dar, tratar de creer en la ilusión de ellos(nótese el "de ellos") y ver cuanto duramos en este tráfico-no-lleno-de-magia que hace que Lima reviente.

Feliz navidad. De verdad, se los deseo de verdad. Es solo un día más, pero esta vez sonrían.

domingo, diciembre 12

Sobre el deporte, el patriotismo y mis caídas.



¿Nunca les ha pasado que no se han identificado con nada? De hecho que sí... osea no espero que alguno de ustedes se sienta identificado con una bacinica o con un pistilo de alguna planta carnívora de la selva del Congo. Si es así, por favor se le pide que deje de leer esto y vaya a un psicólogo, terapeuta o algo por el estilo (dicen que la acupuntura es útil, dele un vistazo).

A mi me pasa con los deportes. Nunca veo deportes por televisión. Ni nunca lo he hecho por voluntad propia. No es que no me gusten, solo que no soy muy 'ducho' para los deportes, me caigo todo el tiempo, aparte que cansa y todo lo que esto conlleva. Pero sí he intentado todo, para que no digan que hablo sin saber. Natación, tenis, frontón, football (este fue el peor de todos), tae-kwon-do (o como se escriba), baseball, volley, basquet, etcétera, etcétera, etcétera... Ninguno resulto o mejor dicho, ninguno me cautivo como tal vez lo hizo el tenis con Nadal o los otros deportistas famosos...

Tampoco los veo. La verdad no es por mala onda pero ¿porqué tenemos que celebrarle logros ajenos a un grupete de 11 personas que corren detrás de una pelota? "Que poco patriota", "tú no sientes al Perú" y "es el país el que gana" son alguna de las respuestas que recibo cuando comento que no veo football porque no me gusta. ¿El football es patriota? ¿Es un deporte nacional? ¿La idea de este deporte nació de la cabeza de un inca, un mochica o un chachapoya? La verdad lo dudo. ¿No siento al Perú? Ok... Creo que ese es un argumento demasiado vacío e idiota como para ser respondido. Y por último, ¿es el país el que gana?... ¿Ganar qué? ¿Dinero? Yo no recibo ninguna regalía por cada partido que gana el Perú la verdad... ¿Orgullo? No es que no me enorgullezca, es decir, de hecho que alguien de nuestro entorno haya logrado superar las barreras deportivas que se viven en el país y ser el primero en el mundo en algún deporte me genera una especie de satisfacción, como decir "ah mira tú... alguien la hizo, bien por él/ella".

Mi meta no es decir que no vean deportes o menos aún que no "los vivan". Solo me gustaría que se dieran cuenta de quien gana un partido, de quien es el que la luchó y que debería llorarla. No me considero un no-patriota solo por el hecho de no ver deportes. Los no-patriotas me parecen los ridículos que matan personas inocentes, se matan entre ellos o toman como excusa una victoria ajena para robar o comportarse como unos reverendos imbéciles. 

"Siente al equipo"... ¿Ese? ¿Ese que según tú me representa?... No gracias, paso.

martes, noviembre 16

Temporada de dibujitos.


A veces me pongo a pensar en lo mucho que me gustaba ver televisión de chiquito. Me encantaba, verdaderamente lo disfrutaba. Seguro pensarán como mucha gente piensa que la televisión es una caja boba, que lo único que hace es destruirte las neuronas como si tomaras alcohol, fumaras y uses narcóticos. La verdad, esas son puras mierdas. ¿La televisión inhibe mi sentido de la creatividad? Creo que gracias a la televisión tengo el pongo sentido de creatividad que cargo a cuestas.

No estoy diciendo que la televisión se tiene que volver su hobby. El mio dejó de serlo hace mucho. Cuando dejé de ver dibujitos en ella. Los clásicos desaparecieron. Los canales cambiaron. Algunos canales desaparecieron. La televisión se volvió algo tedioso y no deseable para mi ojo por un buen tiempo.

¿A quién no le parecía genial el capítulo de "Hey Arnold!" donde apareció el chico del pórtico, el hombre-paloma o la tortuga gigante del acuario que Arnold libera junto a su abuela que se juraba un ninja? ¿Quién no ha querido participar en los juegos de "La leyenda del templo escondido" y ser uno de las barracudas azules, los monos verdes, los jaguares rojos o los loros púrpuras? Me pueden criticar porque veía "Sabrina la brujita adolescente" pero admítanlo, era un muy buen programa. Para los más osados estaba "Le temes a la oscuridad" (yo la verdad no lo veía, me daba mucho miedo). "La isla Gola Gola" era un clásico de los sábados en la mañana. "Art attack" (el original por si acaso)era uno de los favoritos, ya que todos se morían por ver lo que el pata iba a dibujar en el piso con lo que sea.

En fin, la lista podría seguir muchas lineas más. Lamento no poder seguir con todos los programas geniales que miraba casi todos los días en la televisión. Pero también me da pena que ya no estén.

Sé que puede sonar recontra mala onda o "señor mayor", pero los programas de ahora no son lo de antes. Tal vez no les doy la oportunidad que se merecen. No lo sé. Lo que si sé, es que para superar mi infancia televisiva se necesitaría un programa que realmente supere los programas que yo veía. Y les tengo tanta pasión y cariño que ciertamente lo dudo que puedan superarlo.

Me gustaría que el antiguo Nickelodeon volviese. Ese era más divertido.